Juan_Ignacio_Dinenno_CaliTal vez lo único que hizo falta en el partido, además de un poquito más de fútbol, para denotarlo como todo un clásico fue la hinchada visitante, los verdiblancos, vibrando, alentando y gozando con una nueva victoria sobre nuestro rival.

Todo un clásico. Los gritos a los jugadores que cambiaron de bando, los balones disputados, la angustia en la cara de cada uno de los técnicos, más en el local, don Fernando Castro, el hoy ex DT escarlata, se reventó.

Clásico de fallos arbitrales, una vez más y esta vez en contra del azucarero como otras veces lo fue en contra del escarlata. Al final no incidió en el resultado, menos mal, pero pudo costar más que la lección de cómo arbitrar un partido y de aplicación del reglamento que dieron los analistas arbitrales al comentarista que se cree directivo, jugador, DT, empresario (incluidas las pizzas), arbitro y porrista a la vez. ¿Cuándo cesara el ataque indiscriminado de Carlos Antonio Vélez contra todo lo que huele a caña, tabaco y brea?

Igual, la victoria fue para nosotros, para el Deportivo Cali y con ella liberar la tensión de la semana, de la tabla apretada, de las fechas que se pusieron al día sin sacarnos de los ocho y la asamblea.

La asamblea en la que, de lo que me parece prudente contar, se pudo establecer que los asociados no vamos a permitir que se haga cualquier cosa con el patrimonio del club, sí. Se notó, igualmente, que, aunque estamos a mediados del segundo año de mandato de este Comité elegido para cuatro ya arrancaron los nombres a sonar para la siguiente campaña aplicando la vieja y confiable formula de Robin Hood.

Los asociados jóvenes, dos para ser más exactos, tres si súmanos a uno no tan joven, pero si menor que los habituales del turco, fueron los únicos en pararse a pedir, prácticamente rogar, porque las promesas hechas en campaña se cumplan, porque el fútbol sea una prioridad y que el club, en lo deportivo, sea tratado con seriedad empresarial y responsabilidad. La respuesta del Comité, particularmente de nuestro vicepresidente no fue la mejor, la asamblea lo hizo caer en cuenta y se excusó. Menos mal.

Al final la institución salió fortalecida desde su base social. Los asociados buscaremos que el club no sea “feriado” y que el norte sea el fútbol, por favor el fútbol antes de cualquier intención inmobiliaria.

Es claro que, como lo mostró el clásico, la mejor forma de lograr una victoria, de sumar y agregar valor, es concentrarnos en tirar todos para un mismo lado, entender ojalá de una buena maldita vez, que las elecciones ya pasaron y que las que vienen están lo suficientemente lejos como para ir construyendo un mejor presente antes de pensar en un ambicioso futuro, paso a paso.

El Deportivo Cali nos necesita para cuidarlo, para protegerlo, para hacerlo cada vez más grande así eso implique pedirles el favor a los asociados dañinos, esos que les gusta ventilar todo desde sus amigos con micrófono, que se retiren de la asociación. Es hora de que nos quedemos los que de verdad buscamos un Deportivo Cali grande, de jerarquía y fiel a los principios que nos inculcaron los fundadores y desde ellos don Alex. Basta ya de palabrerías, de marulla y de creerse más que los demás por un abolengo o un puesto, esto es de todos y para todos, con la responsabilidad que tiene y el compromiso marcado en los aportes, en las boletas y en estar dispuesto a acompañar, alentar y buscar la gloria, alcanzarla junto a los muchachos sin mirar amistades, apellidos y mucho menos condiciones.

Este es el Deportivo Cali, el que sale a una cancha con 38.000 almas en contra, el que se repone de un fallo arbitral, el que a pesar de ser inexperto lucha como si no existiera un mañana y con inteligencia emocional recoge los zapatos que otros pierden para, con tranquilidad decir, aquí estoy yo sin necesidad de ponerle orden a nada, porque venimos es por todo.

Asociados, hinchas unámonos a los muchachos, al DT y si equipo de trabajo. Sigamos cuestionando aquello que consideramos está mal, señalando con respeto los errores para que, en vez de ocultarlos o buscar mostrarlos como un acierto, se corrijan y con velocidad.

Seamos, como hinchas, autocríticos y aceptemos que no estuvimos haciendo un ambiente sano para los muchachos desde la tribuna que, tal vez, con un par de palabras de verdadero aliento puedan lograr algo diferente y, quién sabe, nos den mas alegrías que enojos.

Todo un clásico el que ganamos, el que vivimos como hinchada y el que celebramos, celebraremos hasta que nos corresponda el siguiente rival, porque en el fútbol todo sigue, todo pasa, pero el Cali, con nosotros a su lado por y para él, vivirá eternamente como lo que es: nuestro primer amor.

Vamos Cali, con toda, por todo.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

@Germanchos

*Foto: Diario Marca Colombia.