Nadie es perfecto, se sabe y se acepta como se pueden aceptar las fallas para corregirlas o se acepta, porque es hora de hacerlo si no lo has hecho ya, que el Deportivo Cali que tenemos en este semestre es un equipo nacido de varias apuestas, una de ellas, la más grande, a la inexperiencia y la juventud.
Nadie es perfecto, equivocarse es de humanos, pero echarle la culpa a otros de nuestras fallas es más humano todavía, gracias a Dios los niveles de humanidad de Lucas Pusineri nuestro DT, no son tan grandes, esto en tono sarcástico porque es un muy buen tipo, un gran tipo, pero bueno, les decía, el DT se amarró los pantalones y antes de salir corriendo a excusarse en el clima, la altura, los asociados, los hinchas, el balance financiero, la sede, el estadio, la campaña electoral, la prensa o el rival eligió, como es debido, aceptar la responsabilidad no solo de las victorias, que son suyas por supuesto, sino también de la última derrota en Manizales por un escandaloso cuatro a cero.
Lo grave no es perder, perder se puede y más con un trajín como el nuestro para un plantel montado a destiempo y con elementos que no pueden o, lo que sería peor, no quieren rendirle a la institución que les abre las puertas, les paga y, digámoslo sin rodeos, les da para comer.
No, lo grave no es perder. Perder, en esta Liga Águila lo puede hacer cualquiera y contra cualquiera, es normal, por decirlo así, lo que no es normal es que el equipo con el mejor arquero del torneo, el zaguero revelación y la zaga con la segunda valla menos vencida se coma cuatro de un día para otro como si nada. Eso es lo grave, sumado a lo que viene después: La incertidumbre, las dudas, la falta de confianza, el temor…
Perdimos, sí y no está mal. Así los vientos que inflaban los pechos de quienes celebran un «Algo es algo» dejan de soplar y, así sea a pedradas, nos bajamos un poco de la nube y nos sintonizamos con la realidad, más de cara a los tres partidos que nos quedan que, sin animo a ser alarmista (o incendiario, como les gusta decir a los pechinflados) definen el semestre.
Viene el sábado 27 de abril el encuentro en casa frente a un Rionegro en vía de recuperación, no es fácil, ojo, confiarse ahora sería morir.
Luego el plantel (al menos el que no está lesionado y está inscrito) viaja a Paraguay para defender y ojalá aumentar, la diferencia de 1-0 que tenemos frente a Guaraní por la Copa Suramericana, esto será el 02 de Mayo.
Al regreso recibimos al Envigado que, Dios quiera, como se han dado los resultados y ganando, como debe ser, el juego frente a Rionegro, serviría para afianzarnos en la tabla, darle minutos a un par de muchachos nuevos y descanso a los desgastados.
Tres partidos para estar alrededor del equipo como nunca ojalá yendo a la cancha, pero bueno, eso ya va en cada quién.
Por mi lado estoy molesto por la forma en cómo pudiendo liquidar a un rival directo (nadie lo garantiza y el papel todo lo puede) decidimos enfrentarlo con temor, erráticos y sin ganas. Se supo que Angulo y Rivera descansaron por temas médicos, raro no salieron en el boletín, pero bueno se entiende el no darle ventajas al rival con esa información que, menos mal y por fin, tampoco se filtró como suelen hacer quienes no les importa el club sino el reconocimiento personal, pero eso es otro tema.
Molesto sí y ahora preocupado, nos echamos una carga emocional encima innecesaria sumada a una presión extra para un plantel, lo decíamos, inexperto y joven, por eso, por ellos, es que se requiere que estemos en la misma página, hablando el mismo idioma y enfocados en lo que cuenta: clasificar.
No deberíamos estar hablando de otra cosa que no sea el fútbol. Pero nos empecinamos en tratar temas financieros, abrir la compra-venta sin necesidad y perdemos la cautela, el silencio y la fuerza que necesitamos para seguir sacando este endeudado barco adelante. Es muy simple.
Deportivo Cali debe ganar el sábado, sumar los tres y viajar a uno de los destinos más complicados del continente, no por el rival o su fútbol, sino por el acceso y la logística a traer la clasificación para cerrar la otra clasificación ante su gente, nosotros, en casa. Maratón de partidos.
Espero las lecciones estén aprendidas y corregidas.
Espero la motivación del plantel no sea como la de la mayoría de la hinchada que ante la primera derrota se vienen abajo y nos vamos a la B.
Espero la inteligencia, tanto de la razón como la emocional, nos dé para acompañar como se debe al equipo y brindarles el respaldo que necesitan.
Espero no volvamos a equivocarnos tanto y menos planteando un partido porque estamos sin margen de error.
Vamos Cali.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.
@Germanchos