
Debutó el Deportivo Cali con derrota dos por uno frente a Santa Fe en el Torneo ESPN. Debut, como lo califico el entrenador verdiblanco Alfredo Arias, dentro de lo esperado para lo que se ha podido hacer en 10 días que es el tiempo que ha pasado desde que llegó. Para la hinchada, sin embargo, no fue tan «esperado» y no solo eso, a la acostumbrada histeria de algunos hinchas se le ha sumado desazón y desconfianza, porque para muchos lo de la noche del lunes fue un juego de niños.
«El único responsable de lo mal que se jugó acá hoy soy yo. He querido plasmar una idea y ellos trataron de hacerlo. Ellos (los jugadores) no son responsables, no salió lo que yo quería. Hay cosas que me dejan conforme incluso en el desorden que yo le metí al equipo» dijo Arias al final del encuentro y la verdad es que, como el mismo lo señaló, más que preocupaciones quedan ocupaciones y urgentes.
El equipo lució perdido más allá de lo normal de un partido de preparación al inicio de una temporada. Los errores en defensa regresaron, el medio campo fue absolutamente pasivo, desubicado y falto de carácter, así como de reacción. Les peso la juventud, el debut, la presión de la cancha, no lo sé, tal vez sí, ojalá sea solo eso.
Varios de los periodistas que cubren los entrenos del Deportivo Cali hablaron la semana anterior acerca de ver una figura diferente en el funcionamiento azucarero, parece que no salió o, lo que es más grave, las herramientas para lograrlo no estaban afiladas, al menos no para el encuentro frente al cardenal.
Congo, Valencia, Arroyo, Déiber. Ese fue el medio que inició frente a Santa Fe, posteriormente ingresó Lizarazo por Congo tras la expulsión de un jugador rival. El Equipo tuvo pinceladas, pero no muchas y no muy brillantes tampoco. Me queda el sinsabor de ver que no quedó memoria futbolística, que todo lo hecho en el 2019 (a nivel de cancha, no resultados), quedo en el pasado porque el presente, este primer lance, no trajo nada.
Le decía a un amigo que el partido, normal para pretemporada, pocas sesiones, caras nuevas y DT nuevo, parecía cuando comprás un videojuego y sin leer manual lo pones en la consola y vas resolviendo los comandos a medida que avanzas, mejor dicho, hundís todos los botones a ver qué pasa, a veces sale bien, a veces, como anoche, no.
El equipo fue liviano, Dinenno jugó lejos del área, las bandas no pesaron, los laterales no salieron y los debutantes no pasaron de un triste «cumplí». Primer partido, todo está para corregir, nada por destruir porque, aunque hay hinchas que lo disfrutan parece que solo por ganar la relevancia en las redes que en casa o en su trabajo no tienen, no me parece que por 90 minutos ante un rival serio, trabajado y con un hombre menos se deba hacer un juicio tan radical, eso sí, tampoco es para mirar a otro lado y aplaudir las intenciones, no, es una alerta temprana de que lo que viene, si queremos que sea bueno, implicará paciencia, entrega, compromiso, trabajo, pero sobre todo, mucha seriedad tanto del DT como del plantel y particularmente del Comité ejecutivo.
El 2020, se sabía, será un año muy complicado y sin llamarse a la alcahuetería, la mediocridad y mucho menos la permisividad, urge que como hinchada encontremos un punto de equilibrio, un motivador real de apoyo desde el fondo del alma y sepamos que, juntos, podemos construir, aportar y sumar para que estos niños (es con cariño y respeto) que hoy tienen este gran deber de sacarnos adelante se sientan respaldados y, así mismo, se motiven. Algunos madurarán biches, seguro, pero el momento no está para excusarse en la juventud, sino apalancarse en ella. Se puede, se debe.
El jueves 16 de enero tendremos la siguiente salida por el Torneo ESPN. El rival será el de patio, que llega de empatar a uno frente a Millonarios y aún celebrando el titulo de Liga obtenido hace poco mas de un mes. Es un rival con el que no querés perder nunca, no podés perder nunca. Esperemos el desorden de Arias desaparezca, a los pelaos no les pese la responsabilidad, el equilibrio llegue junto a los goles y veamos algo diferente a andar correteando la pelota sin ningún sentido. Se puede, se debe.
Paso a paso, uno a la vez, pero todos juntos así es que nos tocará este año con los muchachos, alentando su juego de niños con la madurez de una hinchada exigente, pero que respeta su institución y valora, sin aplaudir mediocridad, lo que tenemos. Es un punto de equilibrio emocional complejo de alcanzar, a mi me cuesta, lo admito, pero debo trabajarlo para no caer en la destrucción histérica de quienes, ante un mal resultado en un partido de entrenamiento salen a desahuciar al equipo. Respeto posiciones, no lo comparto.
Viene el clásico. Profe Arias, hora de probar y aunque con gallardía acepte su responsabilidad en las fallas, quiero empezar a valorar su aciertos.
Vamos Cali, estoy con vos, para vos.
Nos vemos en el estadio (¿Ya se abonaron?), nos leemos por acá.
Foto: Boyaca.extra.com.co