El COVID19 llegó y nos cambió todo. Los hábitos de consumo, la frecuencia de visitas a la cocina, los métodos de estudio y trabajo, el estado de animo, los ingresos, las horas de sueño, la forma de vestir, las relaciones y nos ha venido exigiendo verdaderas pruebas de amor. Nadie, eso sí, va a cambiar del todo, es decir, quien era malo antes de la pandemia lo será después de ella y los buenos, serán igual de buenos.

Estadio_Deportivo_Cali_ListoVino de la nada, pero con toda. Invisible, tenebroso y, sin distinguir nada de nadie nos sacó del estadio (lo que muchos han intentado y se han quedado ahí, con las ganas y la envidia). El COVID nos alejó de las sedes sociales, de las tertulias futboleras al punto de obligarnos, si era del Deportivo Cali, a ver partidos de fútbol jugados en «la Play», revivir historias y anécdotas en las muchas entrevistas, encuentros y charlas virtuales entre exjugadores y jugadores.

Sintonizamos partidos sin público con jugadores tratando de explicar el distanciamiento social en una marca hombrea a hombre en un tiro de esquina. En fin, la hipocresía.

Y nosotros, los hinchas, esperando. Compartimos estas transmisiones entre tapabocas y gel desinfectante, aunque la pausa le vino bien al oído, al menos ya no se escuchan a los desatinados del canal que todos quieren tratando de ser relevantes faltándole el respeto a una institución, pero eso es otra historia.

Mientras esperamos llegamos a la virtualidad. A las ruedas de prensa por Facebook, a los LIVE en Instragram llenos de recuerdos y emociones. Sonreímos con las intervenciones irreverentes de los canteranos, la orgullosa memoria de de los cracks del ayer y las lecciones incontables de amor por una institución en cada uno de esos testimonios de vida, de afecto y de sentir verdiblanco.

Aquí estamos, más de 150 días después de la última vez que vimos en vivo a nuestro equipo amado enfrentar a un rival en nuestra casa. Aquí estamos emocionados, pegados de ellos, de los verdiblancos de corazón por aquello que nos une: el amor por la camiseta, por la institución, por nuestro Deportivo Cali.

Es una verdadera prueba de amor, no ha disminuido el sentimiento a pasar de los meses corridos sin cumplir con el ritual de ir a la cancha, sin los jugadores poder compartir con nosotros los cantos de la barra, o la energía de casa. Meses sin poder patear para cantar un gol a todo pulmón. Meses, juiciosos, sanos, esperando. Les digo,  una prueba de amor a la profesión y de respeto, sin duda, el cuidarse como lo hacen en estos días.

Hace poco debatíamos en un grupo por WhatsApp el pago o no de la cuota como asociados del club. Algunos decían que no tenía mucho sentido pagar por aquello que «no se usa», claro no hay sedes abiertas, por ahora,  ni partidos para ver en el estadio y tiene sentido, siempre y cuando lo que firmaste cuando te hiciste asociado fue un contrato de compra-venta y no un compromiso ¿Qué sos entonces asociado o cliente? preguntó alguien con mucha lógica y suma preocupación.

Al final, claramente las circunstancias y condiciones de cada uno son respetables, llegamos a una conclusión: el amor invita, el amor obliga, el amor duele cuando no lo puedes dar.

Es claro que la incertidumbre es fuerte con el qué va a pasar con tantas cosas que hoy no se ven claras. No hablo del muy documentado movimiento político que se acostumbró a acusar y no proponer, sino de nuestra institución. ¿Cuántos asociados estarán actualmente al día? ¿Cuántos de los inactivos volverán? ¿Cuántos y cómo buscarán ponerse al día? Tal vez no todos puedan por supuesto, esto no es fácil para nadie.

Ya, por lo menos, los muchachos están entrenando y han superado, si mal no estoy, las 40 sesiones de entreno sea individual o colectivo. Regresamos, eso es lo mejor de todo, el día 12 de septiembre para disputar nuestro partido pendiente frente a Millonarios. Será en nuestra casa, el Estadio Deportivo Cali, sin publico, pero con estadio virtual. Sin el aliento de nosotros en la grada, pero con nuestro corazón ahí, donde pertenece: con el Glorioso.

El club nos necesita, requiere que sumemos todos los que podamos, con lo que podamos, pero sobre todo, que queramos estar ahí al día con los aportes, comprando en la tienda solo productos oficiales o licenciados como tal, activos en cada una de las iniciativas de mercadeo, atentos para adquirir los pases al estadio virtual, insisto, sumando.

Es duro, complejo, por supuesto e insisto sin juzgar a nadie porque no me corresponde, cada uno sabrá como darle ese amor que decimos tener por nuestro club, por el Deportivo Cali.

Yo solo espero al 12 a las 6PM, espero estar ahí, con el profe Arias, con los muchachos, con mi equipo, nuestro equipo en casa para, Dios mediante, seguir sumando, seguir avanzando tras la pausa obligada en esto que todos queremos: salir campeones de nuevo.

Vamos Cali, vamos con toda, por todo que acá está y estará tu gente, con y para vos, siempre, con una y cada una de las pruebas de amor que haya que dar, porque dicen más las acciones que las palabras, ¿no?

Nos vemos en el estadio, cuando se pueda, mientras tanto, nos leemos por acá.

*Foto: Twitter oficial Deportivo Cali