Ser hincha del Deportivo Cali además de ser un motivo de orgullo, es saber que estaremos en la mira siempre, es saber que el sentimiento puro y sincero se podrá contaminar entre palabras y veneno, es saber que el sufrimiento va de la mano de la alegría como una pareja de amor entrañable y es, además, saber que de ilusionarse puede quedar poco salvo, como en el 2021, puede quedarnos todo, todo. Deportivo Cali gracias por este 2021 inolvidable.
Repasemos…
Arrancamos el año con un equipo que buscó, encabezado por Alfredo Arias, el ir siempre al frente, manejar la pelota, los tiempos y controlar a los rivales con fútbol sin encerrarse. Tocar, tener, abrir la cancha, hacer goles. Un Deportivo Cali que le dijo a sus hinchas y a la prensa deportiva: Cuidado conmigo que estoy volviendo al fútbol que les gusta.
Infortunadamente los resultados no se dieron, las instancias definitivas se perdieron entre palabras. La cantera se vio golpeada y los llamados a liderar callaron, se escondieron, se perdieron hasta que se fueron.
Mientras eso ocurría paralelamente Eldy Vanessa, Alber y el equipo femenino competían con gallardía, con entereza, con compromiso y al rival que les pusieran lo enfrentaron sin derrota alguna. Las señoras y señoritas del Deportivo Cali femenino daban un ejemplo de profesionalismo incluso, para algunas, sin serlo, al menos no en el fútbol. Una belleza de equipo, una comunión de talento, disciplina y entrega ejemplar, envidiable.
El equipo profesional las fue acompañando, claro, pero la siempre exigente hinchada del Deportivo Cali cuestionaba su determinación.

Las señoras y señoritas del Deportivo Cali se coronaron campeonas con amplio merecimiento recibiendo el reconocimiento de la comunidad futbolera en general y el aplauso de una hinchada que vivió una fiesta en nuestro Estadio para verlas dar la vuelta. Se puede, se pudo.
Ahora les toca a los hombres, se leía en las redes sociales, se deseaba en los corazones, se pensaba posible, ese era el reto.
Pertenencia y jerarquía. Harold y Teo.
Había que dar un timonazo y había que hacerlo con velocidad, decisión y sin temor. El Comité Ejecutivo en cabeza de Marco Caicedo, consiente de lo que se jugaba en la cancha y fuera de ella, logró dos refuerzos significativos: el regreso de Harold Preciado y la llegada de Teófilo Gutierrez.
Con el primero se buscó suplir la carencia de gol y con el segundo, además de perfumar las instalaciones, darle al equipo esa malicia, esa jerarquía y ese liderazgo que no tenían, además que, desde ese par de referentes, calmar los ánimos de la hinchada y darles confianza a los canteranos frecuentemente vituperados por la ansiedad de las gradas.
Nuevo aire, pero incompleto.
Rafael Dudamel, el venezolano campeón con el Deportivo Cali en 1998 espero su momento como lo hizo el club para llegar como DT de los azucareros. Los tiempos de Dios, como dicen por ahí, son perfectos.

Llegó Rafael y con él la “revolución”. De un puesto 16 a entrar clasificados, antes de eso, la eliminación de la Copa BetPlay, pudo quedar como un hecho estadístico más de no ser por la Tablet de Dudamel quien, como muchos, dijo lo que pensaba sin faltar en una sola palabra a la verdad, molestó, sí, por supuesto, pero no todos están listos para la verdad y no a todos les gusta su brillo cuando están acostumbrados a la oscuridad. Touché y chapeau para el DT.
“Cantaré todas las tardes antes de ocultarse el sol” empezó a sonar con fuerza, no solo porque es una gran canción, no, sino porque la hinchada lentamente fue recordando su importancia, su rol y de a poco regreso al Estadio, a alentar al canterano, exigirle con respeto al veterano, a acompañar sin alcahuetear, al estar ahí para pararse duro al que viniera, de donde sea, en contra nuestra. Un frente común, una alianza, juntos, una unidad por todo, contra todo. Un Deportivo Cali unido.
Claro que las dudas se mantuvieron, obvio. La cautela llamaba a la prudencia y ella misma a la espera.
El proceso electoral se fue dando de manera simultánea, dos bandos muy marcados con intereses comunes, pero formas diferentes. La Asamblea de Asociados y Asociadas tomó la palabra y decidió porque Marco Caicedo, Luis Fernando Mena, Gabriel Robayo, Harold Losada MD y Eduardo Calderon integren el nuevo Comité Ejecutivo.
Los retos son enormes, no solo en lo deportivo en donde siempre hay retos por cumplir, sino en lo institucional con todo lo que se debe recomponer para ajustar las finanzas, darles viabilidad a algunos proyectos, fortalecer la cantera, conseguir más asociados y seguir recuperando la cercanía con la hinchada, todo esto con el fútbol en el centro.
Cada acción, por supuesto, con la atentan mirada de la comunidad de asociados e hinchas, el margen de error es cada vez menor, lo que hace que entre todos estemos comprometidos con la causa y logremos, desde la razón y el sentimiento, lo mejor para el club. Trabajo es lo que se viene, unión lo que se necesita, unión e ingresos.
Paso a paso…
Hablaba de Dudamel, Harold y Teo. Junto a ellos los canteranos empezaron a recuperar la memoria y la confianza, esto segundo es clave. Kevin, Marsiglia, Juan Esteban Franco, Jhojan, Tello, Balanta y Luna entraban a la cancha a matar o morir, dejaron todo en cada partido y junto a ellos De Amores, Menosse, Vásquez, Colorado y Ángelo nutrieron al equipo de fútbol, de goles y resultados desde la seguridad defensiva, el control en la medular y la efectividad arriba. Gol a gol, punto a punto.

Victoria contra Pereira, empate a lo VAR en Barranquilla para luego empezar a acelerar el paso y el corazón. Casa con aforo completo, Nacional en la cancha, expulsado uno de los nuestros, gol, gol y gol. Tres a uno ante el verdolaga, resultado más que alentador, resultado contundente y empezábamos ahora sí a sentir que el Obelisco de la Vasquez Cobo iba a requerir una adecuación pronto.
Ese fue, para mí, el punto de quiebre. En el Atanasio el resultado fue una vez más positivo, esta vez por un dos a uno. Candidatos al título, otra vez, pero no favoritos, otra vez.
Otro aforo completo para el dos a cero que nos dejó clasificados una fecha antes. Esperábamos rival, fue el Tolima.
La comunión con la hinchada siguió. Volvieron los cantos en las tribunas, se hizo la ola, se agitaron banderas, se corearon nombres y se aplaudieron canteranos. Está todo en un clima maravilloso, un ambiente único, sí, el de casa, el de nuestro Estadio.
Confiar, creer, pero no ser confiados. Aprendizaje.
Buscamos mil peros, sabemos que la suerte nos había abandonado antes. Dios nos tomo cierto aprecio, pero no atención. Otra final con los temores de siempre, sin embargo, este equipo, los de Dudamel tienen algo que, a pesar de todo te deja la sensación de que la historia tendría final feliz, como de amor de primavera.
Partido de ida, empate a uno. Qué difícil nos es todo, pero a la vez qué motivante saber que el rival, en uno de sus mejores encuentros del semestre no pudo con nosotros, eso sí, fuimos imprecisos adelante, pudo ser diferente, pero el universo y las deidades lo quisieron así, para la dosis de humildad que todo campeón debe tener y para el sufrimiento que nos hace caleños de verdad.
Ibagué, miércoles 22 de diciembre. El Deportivo Cali es Campeón haciendo lo que antes se nos dificultó: remontar un partido, ganar de visitante y hacerlo frente al Tolima. ¡Qué combo! Dos a uno a favor el resultado final, campeones, campeones, increíblemente cierto, confiados nunca, pero con fe siempre, unidos, juntos, lo logramos. Dicha maravillosa.

Hubo abrazos, risas, gritos y lágrimas todas de satisfacción, de alegría, de liberación. Sentimientos de deudas por cobrar saldadas con intereses, la frescura de quien logra el objetivo sin atajos ni trampas, la felicidad de una hinchada que tendrá una Feria de Cali con un brindis porque no le falte amor seguido y un Pachito e’che exuberante.
Gracias Deportivo Cali por este 2021 inolvidable, gracias por la felicidad, la alegría, los abrazos y el sentimiento de estar dentro de una familia ejemplar, la verdiblanca.
Arrancamos con toda la fuerza de lo logrado sabiendo que lo que viene es y será mas duro, pero con lo ganado en este año, la fe, el creer, la unión y la nueva fuerza sé que lo lograremos. Paso a paso, otra vez, pero en esta ocasión siendo campeón.
Gracias a vos por leerme, por los comentarios y por compartir conmigo esta felicidad.
Dios nos guarde, feliz año nuevo y Vamos Cali, con todo, por todo.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.
*Fotos: Archivo particular, Deportivo Cali Femenino y Deportivo Cali.