Hay una pregunta que se volvió recurrente, más en este 2022 y es esta: ¿Qué es lo que pasa con el Cali?

La respuesta varia de quien la reciba, podés encontrarte con la versión de un equipo histórico que está en una ligera crisis deportiva que se suma a una situación financiera complicada que se puede solucionar; otros interlocutores te dirán que el club lo convirtieron en una caricatura de lo que debe ser una institución, que somos una cocina, un circo quebrado al que se le suma un equipo lleno de muertos que no pelean un balón ni porque su vida dependiera de ello y que es dirigido por un CE que no sabe nada de nada a los que unos empresarios vampiros no paran de desangrar, mejor dicho, estamos liquidados.

Hay también otras respuestas por supuesto, que dependen del momento personal, la ubicación geográfica, los intereses personales sobre la institución, la cantera y los canteranos, así como el amor por el verdiblanco. Lo que es cierto es que hay, en cada una de ellas, dos cosas en común, la cada vez mayor preocupación y la necesidad de cambiar la situación sí o sí, esto, lo segundo, como primer paso es valiosísimo.

¿Qué nos falta para empezar?

Pero ¿qué nos falta para empezar? Lo primero encontrar mas puntos en común, es decir, que el discurso, sin esconder la realidad, tapar los errores o ignorar los hechos porque los resultados, los libros contables y las múltiples menciones de prensa no se pueden disfrazar, así en las últimas se noten a veces matices de ganas de desviar, pero bueno, cosas que pasan. La realidad es una y es que no tenemos ni tiempo ni plata para cometer, permitir o caer en errores.

Debemos unificar el discurso y desde ahí el norte.  Hay una crisis, aceptarla con humildad es fundamental. La administración y gestión de recursos no ha sido buena, no desde el 2017, no desde el 2014, no desde hace mucho. El modelo deficitario nuestro obligaba a acciones que no se habían tomado y que cuando se tomaron, se soltaron, es decir, corregimos poco y volvimos a equivocarnos.

Urge, tras reconocer esa realidad financiera, el plantear acciones verdaderas de salvamiento que contemplen a toda la comunidad del Deportivo Cali, hinchas, asociados, escuelas, plantel profesional, nómina de colaboradores y, desde luego, directivos.

Salir a vender, es un camino, sí, busquemos inversionistas, claro, pero no salgamos a feriar al club, procuremos hacer mas por recuperar su valor, no dejarlo, así como está y menos continuar multiplicando el mensaje destructivo, al contrario, mostrar que detrás de la marca no hay una, cinco o 900 personas, sino que hay miles, miles dispuestos a decir “Aquí estoy”. Ese es el valor que debemos rescatar primero y de ahí, paso a paso, lo demás. Tarea para todos, compromiso para todos, responsabilidad para todos. Evidentemente habrá que hacerlo con control y vigilancia, transparencia y evidencias de los resultados.

Podemos no vender, será mas complejo y demorado, pero para eso necesitamos definir un proyecto deportivo claro, recuperar el ADN futbolístico del club y sintonizarnos, sin ser necesariamente mediocres en algo: la nomina no podrá tener estrellas fugaces, pero sí podemos trabajar con futuras estrellas. El 70-30 de la cantera funcionó, ahora es muy probable que debamos actuar bajo un 80-20 y confiar en ello, arroparlo y acompañarlo. ¿Nos dará un título? Puede que no este año o el otro, pero lo hará. Pedirle paciencia a la pasión, ese será un reto para todos como hinchas.

Eso sí, hagamos lo de jugar con la cantera y un DT sin pergaminos, quien quiera que sea, pero no nos pidan que aplaudamos la irresponsabilidad, la falta de criterio al finalizar una jugada, la carencia de talento, inteligencia y mucho menos la falta de entrega, voluntad o compromiso. Así la camiseta del Deportivo Cali se la ponga un niño de 17 años, este niño debe mostrar que es más que otros niños, que es especial, en talento y entrega, que es digno del club, si no, que venga otro y así, el “equipo de los muertos” debe revivir y no en forma zombie, en forma de esos “valientes guerreros”. Muchachos, la gloria es suya, hagamos historia.

¿Cómo vas a contribuir?

Trabajo es lo que viene, mucho y para todos. ¿Qué papel harás? ¿Cómo vas a contribuir? Podés quedarte en el lugar de reírte de la situación, quejarte y ser un eterno contradictor desde la irreverencia o la comodidad de aquel que no tiene nada que perder, pero, acordáte de las alegrías que hemos compartido, de las personas que hemos conocido y de lo que hemos disfrutado viendo a los viejos celebrar con nuestro Deportivo Cali, toxico, por supuesto, pero es nuestro primer amor, eso no se olvida nunca.

¿Qué harás? ¿Seguir pegado de un poder conveniente que tenías y querés de vuelta o aferrarte al poder que tenés porque te alimenta la vanidad y nada más?, no, desprenderse de eso también es sumar. Un solo objetivo, un mismo motivo, una sola razón: Deportivo Cali. Los que deban llegar, que lleguen con ideas, propuestas y planes, no mas señalamientos salvo que sean sobre hechos probables y que deban denunciarse para mejorar. Los que se quedan, abrirse a la comunidad, aceptar ideas, conceptos y recomendaciones más allá de los tres o cuatro amigos de siempre, clave en este punto, saber quienes vienen a dar y quienes solo a sacar para, a los segundos, decirles, ya no más.

¿Cómo vas a actuar?

¿Cómo vas a actuar? Mi posición, misma por la que recibo criticas y juicios, lo cual en la libertad se acepta dentro del respeto por las diferencias, es la de aportar, sumar y dar, lo hago y lo he hecho, contrario al decir de un puñado de personas, libre y sin pedir nada a cambio, ¿por qué? Por pendejo, seguramente, pero, sobre todo, porque para mí el Cali, desde que me lo presentó papá, es algo mas que ponerme la camiseta, ir a la cancha o comprar cuanta cosa oficial sale, para mi el Cali es un motor de emociones, es un todo que quiero siempre ver bien y en consecuencia actúo buscando lo mejor para la institución, así que desde ya estoy trabajando con unos y otros por construir, por brindar opciones, por dar. Creo en el Cali y su gente.

Mi invitación, para quien la quiera recibir y después aceptar, es, además de unirnos limando diferencias manteniendo criterios de opinión diverso, por supuesto, es sumar. Habrá que aportar, el qué, el cuánto lo definirá cada uno, dentro de sus posibilidades, el cuándo es ya.

¿Qué pedimos a cambio?

Aceptar lo que nos pasa, manejarlo con transparencia y prudencia, exigir para corregir y corregir desde acciones, no promesas. Le daremos la vuelta todos con un objetivo, además de salvarlo, es mostrarle a los que nos quieren acabar que no lo harán. ¿Qué pedimos a cambio? Nada, pero estaremos atentos a que como mínimo sea visible y tangible este nivel de compromiso en las directivas, acciones reales, apertura a las opciones y moverse, así como al plantel que, con lo que hay, jueguen como hinchas, ganen y no paren de ir la frente, nunca.

Vamos Cali, vamos todavía.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

*Foto: José Luis Guzman tomada de ElPais.com.co