Atención, novedad en el Deportivo Cali, se dice que el presidente ha renunciado a falta de confirmación, esa sería la noticia y para muchos, esa sería la renuncia más esperada y deseada, tristemente para ellos, no fue así y esta vez, aunque no ha sido la primera vez que este rumor sale con fuerza desde adentro de la institución caleña, se agradece que sea eso, un rumor.
Eso sí, habrá, porque tras la asamblea del pasado 26 de noviembre ya no quedan dudas de ello, muchos que habrán saboreado ese rumor con el dulce que hace rato no transmite el Cali, ¿por qué? Porque al parecer no les importa nada mas que una relevancia inocua entre el constante recitar de artículos, leyes y deberes sobre un caso juzgado, con responsables en mora de pagar por lo hecho, pero juzgado. Viven del pasado, destruyen el presente y solo ellos saben qué futuro pretenden para nuestra institución otrora ejemplo continental.

El presidente Luis Fernando Mena ha sido claro y enfático en algo, está sentado donde está recibiendo, administrativamente, el peor Cali en años. Deudas que se arrastran de lo que tuvo que hacer el oportunista para “pagar” el llegar al club para columpiarse hasta la federación, seguido del deseo sin freno por salir campeones. Pandemia, crisis deportiva, esfuerzos perdidos entre dimes y diretes, tiempo ido en polarización y división, sumada a una hinchada exigente con asociados perdidos en el ego, el desinterés o el gusto por ver cómo destruyen, aún más, lo que venía maltrecho. Seguro encontrarán algún rumor que difundir con sus aliados de micrófono, seguro encontrarán otra forma desde la cizaña, por hacernos ver chiquitos, perdidos, muertos. No entiendo su fascinación con nuestra desgracia.
El señor Mena ha estado menos que otros presidentes recientes, ha visto salir a dos de con quienes empezó a trabajar. Llegó el señor Guido Jaramillo y con él algo de tranquilidad en, al menos, la lectura de los números que, abusando del conocimiento básico de muchos los han presentado de tantas maneras que se perdió la verdad de estos.
Para mí es claro que, aunque con oportunidades de mejora en maneras y formas, lo que ha venido haciendo el presidente Mena, además de gestionar recursos incluso propios, ha sido positivo. El norte en lo deportivo corrigiendo el capricho de Mayer y la locura de Dudamel con el profe Pinto, aunque debió ser antes, sirve y eso, atado con el nombramiento del nuevo director deportivo/secretario técnico disipa en parte las dudas y sombras en ese segmento del club.
Ojalá se quede y no suene más su renuncia, aunque, fácilmente se entendería porque en el ambiente en que se encuentra el club en el que es más importante figurar que hacer, en donde es mejor destruir que construir y en donde las propuestas se diluyen entre insultos y señalamientos, sería lo lógico, uno no está para, desde lo personal y sin sacar nada a cambio, arriesgar la salud, el patrimonio y mucho menos la reputación por las ansias de poder vacías de algunas y las ganas de joder de varios.
Y es que, sin justificar ni invitar a mirar para otro lado porque la realidad es una y consta en los registros, dirigir el Deportivo Cali hoy en día no es una tarea fácil. Los detractores, a mi juicio mas enfocados en solo criticar que en aportar alguna solución real, son cada vez mas vehementes e incluso violentos en búsqueda de tener la razón, no de aportar algo realmente.
La hinchada está en la mitad de esta situación y, como debe ser, es crítica ante lo que sucede. Parte de ella es escéptica a apoyar de una manera diferente a los habituales, por eso iniciativas como La Calitón no pegó como debería y los hinchas, con razón, sienten la misma soledad que siente la directiva con ellos, es decir, una desconexión. Obvio, si a los resultados le sumas lo administrativo el hincha no tiene motivos, ojalá pueda mas el amor que se dice tener, la pasión que se dice vivir y las ganas que se dicen tener por salir de esta. Hay una oportunidad, la posible reapertura de la Calitón y, por supuesto, la salida a la venta del plan de abonos del club que cuenta esta vez, no solo con una tarifa muy acorde a lo que se viene, sino varios beneficios extra.

De corazón espero que el presidente Mena no renuncie y que con ello los asociados entendamos que el camino está duro, pero no tan duro como los destructores lo pintan ni tan suave como las focas lo venden. Eso sí, hay que meter, poner, hacer y dar, porque solo el Comité no va a poder.
De corazón espero nos empecemos a hablar de frente con la realidad y nos acompañemos en este duro, muy complicado proceso que será el sacar adelante al club, insisto, el reconocer las fallas el primer paso, el asumir con compromiso el corregirlas, el segundo. El ir de frente desde lo deportivo, el tercero… ¿Qué sigue? Renunciar a la apatía y meternos, todos, a hacer lo que se deba.
Renuncias, ojalá lo hagan quienes siguen añorando el poder y desistan de seguir usando la crisis, la desgracia para ofrecerse como falsos mesías. Ojalá renuncien a sabotear todo, al anteponer el ego a las soluciones y se retiren de ese discurso egoísta de “si no se hace a su manera es mejor que no se haga”, pues mientras esto no suceda el club no saldrá adelante. Es increíble el sentir que les da gusto mancillar al Cali en plena fase de buscar inversionistas. Pero bueno, cada uno en lo suyo, aunque esta vez se están metiendo es con lo nuestro.
No renuncie presidente Mena, no permita que lo ganado en medio de este caos se pierda. Vamos adelante, tarde o temprano aquellos acostumbrados a criticar callaran ante los resultados y entre todos, con la vigilancia debida y atendiendo las decisiones de la mayoría, como debe ser, le daremos la vuelta y regresaremos al lugar que nos pertenece.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.
*Foto: Noticiero 90 minutos
**Imagen Abonos: warena.co
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