La asamblea extraordinaria, tras no lograr el quorum en la fecha citada, que se llevó a cabo el 11 de mayo en la sede Alex Gorayeb del Deportivo Cali dejo en claro dos cosas, uno, que la situación es mucho mas apretada de lo que los mil y un diagnósticos con sus evaluaciones pudieron describir y dos, que a la mayoría de los asociados el temor a quedarse sin el turco, la piscina, la parrilla y las mesas para el dominó les pesa mas que el riesgo real a perder el reconocimiento deportivo y despedirnos como club de fútbol, nuestra razón de ser. La historia nos definirá como una institución en donde pocos sacan donde a todos nos toca poner.

Durante el desarrollo de la asamblea fue constante el llamado del Comité Ejecutivo del club, representado anoche por Luis Fernando Mena, Guido Jaramillo y Eduardo Calderon quienes, llenos de marcas de cansancio, estrés y angustia trataron, con el apoyo de Mauricio Monroy, el gerente, moderar las intervenciones acostumbradas de los mismos de siempre que llevan a lo mismo de siempre, nada.
Eso sí, me excuso por no recordar los nombres, algunas intervenciones acertadas, con opciones de solución real a la crisis y llamados a atender, para el presidente y para todos, un llamado a disminuir la vitrina, moderar el ego y concentrarse en lo importante, el club y no solo pensar o actuar como el salvador o el representante de una masa irrelevante en un momento que llama a tener en cuenta a toda la comunidad del Deportivo Cali.
Iremos a buscar llegar al decreto 560 y si funciona, salir del atolladero por esa vía para la que se requiere que estemos al día en nómina, urgen $4.500 millones con $2.000 millones para el lunes 15 de mayo sí o sí y, posteriormente lograr un llamado a una asamblea más para discutir otras opciones como constituir una sociedad anónima que pueda recibir capitales frescos (y sanos) para el club, o continuar con caminos menos atractivos como la venta parcial o total del Deportivo Cali.
El tema es simple, con respeto a la complejidad de una situación como la nuestra, necesitamos plata, mucha y ya. Lo demás puede esperar, ¿cómo así que la mayoría de los asociados no quiere poner cuota extra y que solo dan plata si le dan algo a cambio? ¿Cómo así que solo venderían las sedes si les garantizan el poder seguir usándolas como club social? Entonces, estimado asociado(a), ¿No es el equipo de fútbol el que hizo que tengas esas sedes? ¿No son los jugadores los que nos dan las alegrías y no son los canteranos los que nos inflan el orgullo? El Deportivo Cali es un club de fútbol, no un parque de diversiones y mucho menos un hogar geriátrico, con todo respeto, cariño y admiración.
Todos ponen, esa es la consigna hoy y mas allá de la necesidad, que tristemente es toda, es el deber. El Deportivo Cali nos necesita hoy como nunca, ya con la auditoria forense los responsables con sus culpas saldrán a la luz y deberán, sin atenuantes y de encontrarse pruebas, responder por todo lo hecho en contra de nuestro club.
Hay formas, está la campaña de Enverdécete del club, (qué incluso se puede participar desde el exterior con la opción “Amor sin Fronteras”), los asociados pagaremos nuestra cuota extraordinaria y en la Tienda Verdiblanca hay prendas con descuentos.
De no mediar nada irregular, deberán activar el pago anticipado del año 2024 y, muy seguramente por mandato de la asamblea, el mecanismo para condonar deudas y reactivar asociados que, con su pago mensual, puedan inyectar dinero al lastimado flujo de caja. Asociarse hoy, otra opción que ayuda.
Ser mezquino, insidioso o tacaño hoy no es opción, lo que puedan, como puedan por el club, por el Deportivo Cali, por nuestro equipo de fútbol, lo demás lo arreglamos después, pero hoy, ya, no podemos perder el reconocimiento deportivo, el sentido de competencia y las ganas de coronarnos de nuevo como lo que somos “El glorioso” Deportivo Cali.
Depende de nosotros, de vos.
Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.
*Foto: Archivo personal