Pasado

Deportivo Cali nace en 1912 por la unión de interesados y fanáticos del fútbol buscando que la Sultana del Valle tuviera su propio equipo. Arrancó en un partido, lo ganó el otrora Cali Football Club y desde entonces ha sido una tradición. Deportivo Cali, con el nombre de la ciudad que lo vio nacer, se instaló en el torneo colombiano desde 1948, tuvo años difíciles, más cuando don Carlos Sarmiento retiró el apoyo y regresó, para sumar la gloria, cuando don Alex decidió meterse de cabeza en la institución.

Deportivo Cali con su pasado glorioso, pero en el reciente tiempo no tan feliz; con su presente en discusión y su futuro lleno de nubarrones sigue caminando fuerte con 25.000 hinchas por partido en cancha.

Se abrió a asociados, se redactaron estatutos (ideales para esa época, 1960 y pico) y comenzó a funcionar la Asociación Deportivo Cali que logró campeonatos, figuración internacional, modelo para muchos, atractiva para todos. La gente pagaba por ver a “el rodillo negro” o “La amenaza verde” jugar. 

Lírica en la cancha solo detenida por lo que se movía fuera de ella. Los 80s y los 90s, lecciones de aplomo y resiliencia.

Llega don Humberto, una inyección nueva de ánimo y estilo, nuevos campeonatos, por fin, tras 21 o 22 años sin levantar un trofeo. En el 2000 sacudidos, la plata corta, el fútbol escaso, pasamos de agache. 

Astudillo y María Clara al frente, dimisiones, llega Martínez, un título más y el reconocimiento a lo que nos hizo grandes: sacar jugadores de pie fino, talento desmedido y gran condición internacional.

Para ser un pasado lejano, es sufrido, sí, pero bonito, no tanto como el pasado cercano. 

El derroche, la falta de transparencia, los intereses particulares, alejar al hincha, apretar hasta aburrir a asociados de toda la vida, perder la mística y obrar con soberbia o, peor, displicencia.

Historia pisoteada, deuda y más deuda entre contrataciones sin sentido, compras poco favorables y, lo que es peor, pasando por encima de una hinchada complicada, sí, pero leai y sin tener en cuenta las voces de asociados que pedían cambios. No se dieron.

Igual, porque el fútbol es así, levantamos otro trofeo tras sobrevivir a Mejía y contemplando como real un cuento bien echado, caí ingenuamente en él, lo admito.

Cuento que dejará de ser cuento cuando, ojalá, salgan los resultados de la auditoría forense y con esas evidencias, no basados en acusaciones de “me parece” o “yo creo” paguen los que deban pagar y como deban pagar.

Presente

Hoy es poco lo que hay, tanto que agradece uno que la hinchada siga ahí, fiel, aunque maltratada por quienes tratan, eso parece, de salvar lo que queda mientras otros, eso parece también, vivieron solo por lo que se puedan llevar. 

Del pasado no viven sino los faraones y los artistas de renombre, nosotros tenemos historia, por supuesto con laureles, gestas inolvidables y muchos momentos en donde como institución, fuimos pioneros e innovamos. Hoy nos come el día a día, no nos deja ver más allá y hemos perdido el norte de tal manera que desde el Comité ejecutivo y su gerente no se evidencia una pizca de empatía con los más de 25.000 hinchas que en promedio van al Estadio Deportivo Cali en cada partido para ir a sufrir derrotas o estar atentos a que su vecino de silla no sea un criminal posando de seguidor del Glorioso.

No se ve una gestión clara desde la gerencia, hombre, liderar no es tener una excusa para todo, al contrario, un buen líder resuelve más allá de la adversidad y ahí está la gente, ese patrimonio enorme que no permite que el Cali se acabe, no de la manera como muchos, incluso dentro del club, les gustaría ver.

El presente es complejo. No tenemos DT, igual desde diciembre de 2023 no lo teníamos. Se conformó un plantel decente para pelear entrar a los ocho y de paso, con la matemática y los cálculos en la cabeza y corazón, salir de riesgo del descenso directo. Empezamos sumando, terminamos restando. Jaime de la Pava se fue, por fin, para que llegue otro, Por ahora estarán el profe Cocho Patiño y el profe Caracho Dominguez al frente del equipo al que le urge trabajo en defensa, en manejo de la ansiedad, en definición y seguridad. No entiendo cómo no ven que no se deben al Comité o al empresario, se deben a los 25.000 que vamos por partido y los demás que se quedan en casa atentos porque la vida no les permite ir a alentarlos en vivo, ese es su jefe, ese es su empleador y es a ese al que deben rendirle cuentas, simple. Porque nosotros, partido a partido les decimos: les creemos, pero pongan huevos muchachos que esto de verso y camiseta no se gana,

Los asociados eligieron al quinto miembro del Comité ejecutivo, entró Humberto Arias Jr, que ahora es el cuarto miembro tras la renuncia del doctor Harold Losada a dicho comité. Habrá, no sé, que hacer otra elección y procurar otro nuevo quinto miembro mientras las decisiones financieras se dilatan, las decisiones estructurales se diluyen y el Deportivo Cali se acerca peligrosamente a un estado final. Tiempo no tenemos para tanta burocracia y mas señas de falta de compromiso e indolencia del grueso de la base de asociados, actuemos bajo el marco que la ley permita, pero hagamos algo los que queremos hacer y los demás que se atengan a no estar cuando debieron. 

Futuro

Nuestro futuro depende de lo que logremos en la cancha, de la exposición de jóvenes talentos para su venta, de la participación activa de los asociados en las decisiones y de los hinchas en las tribunas llenando el estadio, comprando las prendas originales, aportando a las iniciativas de recolección de fondos y la atracción de nuevos patrocinadores para la cancha (eso sí, solitos no se van a firmar, entonces gerente, a moverse),

Tenemos todo y mucho mas que todo en contra para salir del pozo, sí. No solo desde los asociados que han dado la espalda, sino también desde las decisiones arbitrales, gerenciales, de la Dimayor, de los entes reguladores y de la prensa amarillenta que goza con lo que no nos sale bien. Todo en contra, pero no han contado con que nosotros, mas que sentir al Cali, vivimos por él y como nos toque y desde donde nos toque, con lo que podamos, mientras queramos, no vamos a permitir darles el gusto de celebrar una debacle verdiblanca, no, simplemente porque nosotros aprendimos desde don Alex y don Humberto, a pelear con seriedad y limpieza por lo que es nuestro: la Gloria.

Vamos Cali, vamos carajo.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

Nota: gracias por leerme y por compartir o no el sentir, al final lo que nos une es más fuerte de lo que nos pudo separar o separa.

*Foto: Archivo particular.