Juan_Fernando_Mejia

Hasta pronto Juan Fernando Mejía, sí, es una despedida y muy sentida, no porque me de nostalgia, no, al contrario, tengo una deliciosa sensación de alegría que llama a la esperanza.

Coincidieron todos con quienes hablé de usted en dos cosas: Uno, que es una muy buena persona y dos, que como dirigente empresarial ha tenido muy buen recaudo. Lo felicito, ser buena persona es muy difícil, lastima que para la Asociación Deportivo Cali esas dos virtudes, lo de persona y el liderazgo, nunca se evidenciaron. Seguramente las intenciones fueron muy buenas, sí, pero las acciones para validarlas distan mucho de ser unas recordadas como positivas.

Revisemos, con su permiso (así se enoje y después me mande a callar o busque censurarme) lo que logró mientras fue presidente del club de mis amores y de los amores de miles de asociados y millones de seguidores e hinchas.

Usted, en dos años, logro que el déficit económico aumentara, que el valor de las propiedades cayera derivado de las hipotecas y que la marca sufriera un castigo constante perdiendo así mismo su valor. Daño, al menos el de la marca, muy difícil de reparar en el corto plazo.

Sí, por supuesto que sabemos que somos una empresa deficitaria, pero un poco mas de cautela y menos “apuestas” hubiesen venido mejor en el momento, ¿no le parece? No podíamos alimentar el ego de esa manera.

Logro lo que ningún otro presidente, desde los hermanos Lalinde que yo recuerde, hizo por el club y fue tender un manto de duda sobre nuestro accionar democrático, nuestros valores institucionales y aquello por lo que hemos sentido y sentimos orgullo: nuestra transparencia.

Señor Mejía, entienda, en dos años logro que el posicionamiento del Cali como asociación pasara de ser una muy complicada asociación con mecanismos obsoletos y modelo discutible a una que es poco transparente, a una corrupta.  ¿O le perece muy normal que los asociados deban pedir rendiciones de cuentas tan seguido? ¿O le parece muy normal que exfuncionarios del club hayan tenido que salir a la prensa a aclarar su accionar dos y tres veces sin lograrlo?

Obvio, sus defensores, acólitos, lacayos y focas (por amistad o algún interés adicional) saldrán a decir que eso no es así y que ya se venía dando de antes, sí, puede ser, pero al menos antes se explicó, se dio la cara y no se buscó evadir el tema en medio de una prosa que, aprovecho, le reconozco, es muy buena.

En dos años, señor Mejía, usted logró que la cantera perdiera valor y empezara a ser mirada como una mas cuando antes fue ejemplar y digna de emular, de copiar. Maltrató al canterano, permitió la llegada de elementos algo perjudiciales y les habría entregado irresponsablemente el control. Gran logro, nadie antes lo hizo, al menos no tan de frente y tan rápido.

Los mismos que me dijeron que usted es un muy buen tipo, buen padre, buen hijo me dijeron que el fútbol no es su deporte favorito. ¿Por qué aceptó el cargo entonces? ¿Por su capacidad de servicio o por la necesidad de seguir en carrera política?

A usted le gusta la política, ¿no? Desafortunadamente para usted (y mucho más para el Deportivo Cali) pretendió llevar su nombramiento y cargo desde la política en una institución que no tiene esas costumbres en sus dirigentes, sí somos democráticos, pero no éramos politiqueros ni queremos seguirlo siendo. A su conciencia lo dejo, finalmente no entiendo.

Sigo con sus hechos que nunca probaron las buenas intenciones con las que seguramente aceptó ser nuestro presidente y que, de paso, le permiten llegar a la Federación cargo en el que le deseo mucho éxito (el que no logró con el Cali), que cumpla con sus objetivos (lo que no hizo en el verdiblanco) y nos permita alcanzar un nivel más alto en la CONMEBOL y como institución (cosa que tampoco hizo acá). Pero, de corazón, me alegro por usted, por el Valle del Cauca y espero no nos olvide o no venga con una vanidosa vendetta como cuando decidió sacar de la asociación y del estadio a aquellos que no estuvieron de acuerdo con usted y, es cierto se pasaron, se lo hicieron saber públicamente. ¿Lo recuerda? Sí, la “gentuza”, así le decían los de su séquito, ¿no?

En resumen, en dos años usted logró que el club perdiera solidez económica, que nuestra marca fuera maltratada haciendo de la labor de mercadeo algo titánico, que nuestra cantera disminuyera su valor, que no alcanzáramos un solo logro deportivo relevante y, adicional, que gracias a la persona que puso en comunicaciones, fuéramos un constante hazmerreir y motivo de burla para la comunidad del fútbol nacional y, gracias a Ronaldinho, mundial.

Acepto que la gestión con el Banco Popular por el Lote contiguo al estadio fue muy buena y que el planteamiento estratégico hecho (todavía no ejecutado) tiene varias cosas rescatables, eso también.

Pero ni eso, ni las flamantes contrataciones del 2017 lograron atraer al hincha. El divorcio del club con sus seguidores es en gran parte al ejemplo que usted nos dio al preferir irse a correr maratones cuando el equipo disputaba instancias finales, grave error, pero bueno, usted no hace los goles, aunque durante su gestión nos metieron varios y de todos los colores, incluso varios autogoles.

Señor Mejía, tendría que ir a algunos estudios técnicos y demás, pero creo, puedo estar equivocado,  que lo que usted hizo (y dejo de hacer) por el Deportivo Cali mientras fue nuestro presidente no lo alcanzó el narcotráfico en toda una década, nunca el daño se había sentido tan fuerte y tan desesperanzador como se siente hoy en día y que nos tiene, hablo por mí, muy compungidos como asociado y ni hablar de como hincha del Deportivo Cali. ¿Entiende usted que es ser hincha del Deportivo Cali?

Seguramente se dirá que usted no lo hizo solo. Sería falto de humildad no reconocer los aportes de quienes lo han acompañado en la gestión.

Veamos, primero los más de 900 asociados que decidieron darle el honor de presidirnos. Junto a ellos está quien lo propuso para el cargo y lo lanzó a las elecciones, porque, salvo una maquiavelada época, no creo haya sido idea solo suya.

Seguido a ellos, se encuentran aquellos a quienes les entrego, sin tino ni vergüenza,  el control del club desde lo deportivo. Igualmente contó con «talento» de poco resultado y mucha promesa en áreas clave como lo fue su jefe de prensa, por ejemplo,  de quien no diré nada porque él mismo ha sido elocuente con su actuar profesional.

¿No tiene cómo llevárselos a la Federación con usted? De pronto los puede necesitar como staff de apoyo, ¿no?

¿Qué pasará con Marco? Pues al señor Caicedo le tocará responder solidariamente por todos sus logros señor Mejía, le toca en muy corto tiempo, acercar al hincha que nunca antes estuvo tan lejos, acallar las voces de quienes vieron en sus errores aciertos y empezar a hablar (y actuar) con la verdad para y desde la prensa.

Debe don Marco, señor Mejía, devolverle al asociado la confianza en su institución y a la institución el prestigio y reputación que su gestión empañó. Duro, porque no hay tiempo, ni plata y no sé si le quede la energía, la verdad. Espero que sí, porque los asociados queremos ser lo que usted nos prometió y no cumplió: un club de títulos, de grandeza.

Habrá que hacer cambios, urgen, hay que sacar gente lamentablemente, gente que no está a la altura de sus cargos y/o no rinde lo esperado. Habrá que ajustar el gasto porque el derroche por gusto y vanidad debe parar, así como hay que cortar de tajo el amiguismo y el confundir sentimiento con barrismo. Son dos cosas diferentes.

A don Marco el reloj le está corriendo, tiene dos años, si así la asamblea o él lo permiten, dos años para darle vuelta, eso sí, con una victoria temprana sea administrativa o deportiva, algo que diga: donde antes hubo oscuridad hoy hay una luz y que no sea, ojalá, la del final del túnel en el que usted, así suene exagerado, nos dejó señor Mejía.

De nuevo éxitos en su nuevo cargo, en su vida que deseo sea larga y prospera.

Y hasta pronto señor Mejía, no porque quiero que vuelva, claramente no, sino porque seguimos en esto del fútbol y la vida da muchas vueltas.

Bendiciones para usted, los suyos y nuestra Selección Colombia.

Bendiciones también para nuestro Deportivo Cali y que con su salida podamos empezar de nuevo, cumplir lo prometido, recuperar lo perdido y volver a ser lo que nunca debimos dejar de ser: la mejor institución del continente, ejemplo deportivo y referente nacional.

Cali, enero de 2020 (sí, 2020 no 2019).

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

*Foto: ElPaís.com.co